Comparto éste escrito de José Luis Díaz-Granados que he recibido desde su Colombia.
He visto largamente el mapa.
Pensé en mis hijos. Duele. Y eran todos los niños.
Fui deletreando el nombre de la patria
mientras buscaba dónde, dónde poner los ojos.
Y recordé de pronto algo que sangra:
Mexicano de tierra ensalinada,
desollado haraposo,
comedor de la noche y de las hojas,
catástrofe de costa a costa,
ando buscando a un pueblo,
ando buscando a un pueblo.
Habla.
Sus libros son rituales de rebelión, lluvia, alegría y lucha, es una catarata de vocales cósmicas: Escribo en las paredes, Espejo humeante, No consta en actos, Destino arbitrario, Donde muere la lluvia... Pero sin lugar a dudas, su selección A paso de hierba, poemas sobre Chiapas, (merecedora del Premio Casa de las Américas, en La Habana, Cuba, en 2004), es su obra maestra. ¡Levanto una copa de aguardiente colombiano a su salud, maestro querido!