El 13 de junio de 2014, estuve en Puerto Rico con la artista Norah Hernández en la Fundación Ángel Ramos para ver la exhibición de su obra “Cuerpos de Luz“.
Conozco a Norah Hernández desde que éramos unas jóvenes adolecentes. Vivíamos en el mismo vecindario. Nosotras fuimos amigas de jóvenes, pero esa amistad no se solidificó hacia otros rumbos, hasta que nos encontramos ya de adultas, ella viviendo en Acapulco y yo en Texas.
Coincidíamos a menudo porque por mi trabajo iba allí con frecuencia. Luego se mudó a San Francisco, California donde vivió por 30 años. La visité en San Francisco y creo que ahí fue que verdaderamente comencé a conocer más a fondo su vena de artista. Para aquel entonces ella estaba no sólo pintando sino trabajando esculturas. Aproveché y le compré una de ellas diciéndole que mejor la compraba para aquel entonces porque de lo contrario en el futuro cuando fuera reconocida, no lo iba a poder pagar. Y ya ven que el tiempo me ha dado la razón. Un orgullo poder acompañarla hoy día a ver su exhibición.
Norah me hace recordar el día en que un periodista me preguntó a qué me iba a dedicar. Si escribiría para niños, letras de canciones, poesía o qué. Yo le respondí que a lo que me saliera del alma. Eso es lo que veo en el trabajo de Norah. Ella no solo ha hecho pinturas, sino cerámicas, dibujos, esculturas e instalaciones de diferentes tendencias. En fin lo que le sale del alma.
Norah indaga en temas espirituales, refleja en sus obras procesos que nos invitan a la reflexión sobre temas como la vida y la muerte. Nos lleva a desvestirnos, a quitar las vestimentas externas, a mirarnos despojados de todo y ver esa esencia de luz que llevamos dentro. Hablando con ella durante esa visita me decía que cuando nos vamos dejamos todo, ese cuerpo que hemos habitado pero queda un reflejo de luz interna que no muere y eso es algo que la inspira en su trabajo.
A través de la costura, Norah ha ido desarrollando su estilo, su entrega. Algo tan de la mujer, una labor femenina de siglos y ella la toma para crear su arte como la cosa más normal del mundo. Tal vez haya influenciado el hecho de que su mamá, quien enseñaba Economía Doméstica le enseñara esas labores desde pequeña.
Nos decía Sandra Cintrón Goitía en un ensayo que hizo sobre la obra de Norah, que “ella se había decidido a asumir el papel protagónico ante el pedazo de la historia de la humanidad que le ha tocado vivir desde el espacio que habita y el entorno con el que a diario se inmiscuye. Ha asumido su forma de crear como medio para expresarse en torno a las penas que embargan a la humanidad”.
Y he visto eso en sus trabajos con el barro y con las telas. Tiene una forma muy particular de plasmar sus sentimientos en sus piezas. Nos lleva a otros niveles insospechados, otras dimensiones. Norah plasma su luz en los lienzos como el poeta en los versos, con sentimiento, siendo esencia de la palabra, siendo esencia de su pintura el color y la armonía. Esta obra que hoy disfrutamos me recuerda la obra del poeta Luis Cernuda quien experimentó con la luz y la sombra constantemente en su poesía. Norah nos deja sus reflejos de luz y de angustia en su obra, sus sombras. El deseo se expresa como algo luminoso en algunos poemas o como algo oscuro en otros. Y la realidad también es vivenciada en su aspecto de luz y de sombra, según la enfoque la mente del poeta y en éste caso de la artista.
El poeta es capaz de embellecer con la palabra incluso los estados más indeseables de la mente y Norah hace lo mismo con sus lienzos y sus protestas sobre injusticias de género o realidades de la humanidad. La exhibición está acompañada de versos de distintos poetas como Pitágoras, Chagall, Oscar Wilde, Platón y la poeta puertorriqueña Julia de Burgos, de quien celebramos el centenario este año.
Ningún iluminado ha dicho que el entendimiento fuera obra del intelecto o del pensamiento.
Los dejo con esa reflexión…
Norah trabajó en San Francisco por treinta años, ha exhibido sus trabajos en diferentes países como México, Japón, Estados Unidos, Alemania donde hizo residencia, Francia, donde dio talleres y ahora la tenemos, en su Puerto Rico, haciendo Patria.